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Características citológicas diagnósticas
- Alta celularidad
- Patrón predominantemente microfolicular o trabecular
- Apiñamiento, superposición de células
- Alteraciones celulares (atipia leve, aumento uniforme de tamaño)
- Escaso coloide o ausencia de coloide
Varias de estas características deben estar presentes para diagnosticar una lesión folicular como “citológicamente sospechosa”. Es poco común encontrar marcada atipia celular, o mitosis. Los macrófagos estan ausentes. Los núcleos desnudos son inusuales o están ausentes.
Hay un criterio único suficiente para diferenciar los nódulos benignos de los sospechosos. La presencia de varias de estas características aumenta la probabilidad de malignidad, y en este caso se debe hacer el diagnóstico de nódulos foliculares citológicamente sospechosos. Todos los aspirados que están compuestos por una población única de células de Hurthle son sospechosos por definición.
El diagnóstico diferencial incluye otras neoplasias de tiroides. Las hendiduras nucleares y pseudoinclusiones pueden estar presentes de manera focal en algunos adenomas foliculares y carcinomas. Si es focal, estos no deben llevar a un diagnóstico de carcinoma papilar pero deben definir la lesión como sospechosa. En los llamados adenomas trabeculares hialinizados, los frotis muestran células ovales o en forma de huso en agregados o aisladas. Pistas para el diagnóstico correcto son la formación de células en espiral o en series paralelas y el material hialino amorfo y la zona clara perinuclear (halos). La variante de células claras del carcinoma folicular puede ser confundida con algunos de los tumores de paratiroides o el carcinoma metastático de células renales, pero las células son usualmente positivas con inmunotinciones para tiroglobulina.
Cerca de un 30% a 40% de los casos diagnosticados como “nódulos foliculares sospechosos” son confirmados como malignos. Entre estos, solo un 50% a 75% son carcinomas foliculares, mientras que los otros son confirmados como variantes foliculares del carcinoma papilar.
La clasificación Thy ha sido diseñada clínicamente para separar las lesiones de alto riesgo de malignidad de aquellas que tienen bajo riesgo. En ambos casos, el cirujano ofrecerá la escisión del nódulo pero remarcará que en la primera (Categoría thy 4) el riesgo es de un 80% aproximadamente mientras que la última (Thy3) es de aproximadamente un 20%. En pacientes con un diagnóstico de “nódulo folicular sospechoso” la lobectomía es usualmente llevada a cabo; si se diagnostica carcinoma en el análisis histológico, se recomienda la tiroidectomía completa.
Se han recomendado las técnicas adjuntas para diferenciar entre lesiones foliculares benignas y sospechosas. Los análisis morfológicos y de imágenes han demostrado no ser lo suficientemente precisos para los propósitos clínicos. Las mediciones de DNA mediante la citometría de flujo tampoco son útiles; de hecho, la aneuploidía no garantiza que un tumor sea maligno. La inmunohistoquímica para MIB-1 no es de gran valor, puesto que la actividad proliferativa en los adenomas y carcinomas puede ser similar. La inmunohistoquímica para galectin-3 parece ser prometedor en la práctica clínica. La diferenciación se puede hacer con marcadores genéticos: la translocación t(2;3) es un marcador específico para el carcinoma folicular.
Carcinoma folicular
Representa el segundo cáncer más común de la tiroides (5% a 15% de las lesiones malignas de tiroides). Es usualmente un nódulo solitario, pero a diferencia del adenoma folicular, este muestra infiltración capsular e invasión vascular. El carcinoma folicular se divide usualmente en dos subtipos histológicos: mínimamente invasivo con un pronóstico muy bueno y el extensamente invasivo con pronóstico muy pobre, que tiende a dar metástasis a pulmones y huesos.
Tumores de las células de Hurtle
Las célular de Hurtle (oncocitos) son células foliculares alteradas que tienen numerosas mitocondrias. En los frotis citológicos, aparecen como células poligonales, con un citoplasma amplio y finamente granular, de color púrpura en la tinción MGG y naranjofilo con la tinción de Papanicolaou. Estas células pueden ser binucleadas, tener los núcleos grandes, y ser de tamaños variables, frecuentemente poseen nucleolos prominentes.
Las células de Hurtle son comunes en la tiroiditis de Hashimoto y en el bocio multinodular, donde pueden formar nódulos macroscópicos. Las células de Hurtle benignas son usualmente cohesivas y carecen de nucleolos prominentes; a veces puede encontrarse un leve o moderado pleomorfismo. En la tiroiditis de Hashimoto, están mezcladas con numerosos linfocitos. En el bocio nodular, están mezcladas con macrófagos y coloide.
En los tumores de células de Hurtle los aspirados están generalmente compuestos de una población de células de Hurtle puras. Las células son usualmente dispersas, pero pueden verse algunos agregados. Frecuentemente se encuentran núcleos vesiculares y nucleolos prominentes. En el caso de la neoplasia de células de Hurtle, las células foliculares normales no están presentes al igual que los abundantes linfocitos; puede verse coloide.
El diagnóstico diferencial incluye algunas variantes del carcinoma papilar, tales como célula alta/rosa y oncocítica. Más aun, rara vez los tumores de células de Hurtle muestran arquitectura papilar (neoplasia papilar oncocítica). Las variantes del carcinoma papilar pueden excluirse por la ausencia de las características nucleares típicas en casi todos los casos. Los carcinomas metastáticos de células renales pueden simular las neoplasias de células de Hurtle, pero la inmunocitoquímica para factor de trascripción tiroideo 1 (TTF-1) que es positivo en las células de Hurtle y foliculares, es negativo en las células del carcinoma de células renales. El carcinoma medular de tiroides muestra un patrón de células dispersas y una apariencia citológica que puede imitar la neoplasia de células de Hurtle. Los nucleolos prominentes están ausentes en el carcinoma medular. Con la tinción de MGG, los gránulos de las células de Hurtle son azules, los de las células del carcinoma medular son rojos.